
Un nuevo día de etapa – Inicio y ambiente
Una fina neblina cubre Palas de Rei cuando das los primeros pasos de este largo día. Es un día de contrastes: rural y urbano, histórico e industrial, apacible y exigente. Esta etapa exige a tu cuerpo más de lo que el desnivel sugiere: rampas cortas y empinadas, corredoiras resbaladizas, el cambio constante del asfalto a senderos con raíces. Y, sin embargo: atraviesas algunos de los lugares más encantadores de Galicia – sobre puentes antiguos, por bosques embrujados, junto a iglesias románicas y aldeas impregnadas del aroma a queso y castañas.
Trayecto y perfil de altura
- Distancia: 29,2 km
- Desnivel: aprox. +520 m / –640 m
- Dificultad: Media – físicamente exigente por el continuo sube y baja
- Terreno: Mezcla de caminos asfaltados, sendas forestales, empedrados, corredoiras y tramos cercanos al tráfico
Esta etapa es un clásico rompepiernas. No por su longitud, sino por su estructura. Las muchas subidas y bajadas cortas e intensas rompen cualquier ritmo. En época de lluvias el camino se vuelve embarrado, resbaladizo y requiere concentración – pero también humildad.












Variantes y pequeños desvíos
Algunos peregrinos dividen esta etapa:
- Variante 1: Palas de Rei → Melide (15 km)
- Variante 2: Melide → Arzúa (14,2 km)
Para peregrinos con limitaciones o ciclistas, se recomienda utilizar en algunos tramos la LU-663, especialmente entre Palas de Rei y Casanova – ¡pero atención!: sin arcén, con mayor riesgo.
Descripción del camino – con todos los sentidos
Sales de Palas de Rei por la N-547, para adentrarte enseguida en un pequeño laberinto de caminos secundarios y adoquines antiguos. La primera subida te lleva a través de la diminuta aldea de Riba, con sus establos torcidos y perros ladrando, a otro mundo. Un pasaje silencioso de bosque te conduce a San Xulián do Camiño, donde te espera la iglesia románica del siglo XII. Está allí como guardiana de los tiempos pasados de peregrinación – modesta, desgastada, venerable.
Tras un breve descenso llegas a Pontecampaña, un caserío sin grandes palabras, pero con un espíritu peregrino que se aferra a las piedras antiguas. Desde aquí comienza un tramo que maravilla: corredores cubiertos de musgo, taludes invadidos por la vegetación, el aroma a tierra húmeda y el canto del cuco te acompañan hasta Casanova, un lugar encantador con un cruceiro de bienvenida.
El camino continúa en subida – y luego en fuerte bajada hasta el río Porto de Bois. Cruzas el pequeño río por un puente de piedra y asciendes por las laderas desde A Campanilla hasta O Coto, ya en la provincia de A Coruña. Pequeños bares invitan a descansar – acéptalo, lo más duro aún está por venir.
A través de un sendero de castaños llegas a Leboreiro, donde una calzada romana, una iglesia románica y un antiguo hospital de peregrinos dan testimonio de siglos pasados. Después, el camino pasa por Disicabo, Madalena, atravesando una zona industrial – un contraste casi doloroso. Pero pronto se abre la vista hacia Furelos con su puente del siglo XII, de aire casi mágico. El lugar parece sacado de un cuadro del Camino.
Subes a Melide, un cruce de caminos del Camino. Aquí confluyen el Camino Francés y el Camino Primitivo. Melide es bullicioso, animado, un lugar para descansar – o para comer. Aquí te espera la especialidad más famosa de Galicia: Pulpo á Feira, pulpo en aceite con pimentón, servido recién hecho sobre tablas de madera.
Tras Melide, el juego de corredoiras, riachuelos y puentes vuelve a empezar. Por Santa María de Melide – una joya románica – avanzas por bosques, pasarelas de madera, a través de Carballal y junto a un lavadero casi encantado. En Boente, un cruceiro recuerda la fuente de la Saleta, donde puedes refrescarte.
Ahora empieza otro tramo exigente: subidas y bajadas se alternan en rápida sucesión. En Castañeda tocas el suelo de la historia – aquí se quemaban las calizas de Triacastela, que los peregrinos transportaban a sus espaldas para contribuir a la construcción de la catedral de Santiago.
Una última subida, un bosque fresco, un puente sobre el río Iso – y de repente llegas a Ribadiso da Baixo, un lugar detenido en el tiempo. El antiguo hospital de peregrinos de piedra, hoy albergue, se encuentra idílicamente a orillas del río – muchos dicen: uno de los lugares más mágicos de todo el Camino.
Con el corazón pesado sigues adelante – pasas gasolineras, bares y casas – y finalmente llegas a Arzúa, la puerta de la última fase de tu peregrinación.
Pueblos intermedios y particularidades
Pueblo | Distancia desde inicio | Particularidad | Consejo |
San Xulián do Camiño | 3,2 km | Iglesia románica, antiguo hospital de peregrinos | Visita recomendable |
Pontecampaña | 4,4 km | Caserío tranquilo | Rellenar agua |
Casanova | 5,6 km | Cruceiro y hermosas corredoiras | Disfrutar de la naturaleza |
O Coto | 8,6 km | Primera aldea en A Coruña, café-bar | Pausa para desayunar |
Leboreiro | 9,2 km | Calzada romana, iglesia románica, Casa de Ulloa | Punto histórico para fotos |
Furelos | 15,2 km | Puente medieval, iglesia, escudo de los Caamaño | Lugar mágico para descansar |
Melide | 16,6 km | Cruce de caminos, Pulpo á Feira, iglesias y museos | Pausa de mediodía y comida |
Boente | 22,4 km | Fuente de la Saleta, cruceiro, iglesia de Santiago | Agua y pausa espiritual |
Castañeda | 24,6 km | Hornos de cal históricos | Leer el panel informativo |
Ribadiso da Baixo | 27,8 km | Hospital de peregrinos de piedra junto al río, albergue popular | Ideal para descansar o pernoctar |
Arzúa | 29,2 km | Centro del queso D.O. Arzúa-Ulloa, capilla de la Magdalena | Probar el queso regional |
Consejos de equipaje y compras
- Agua: Fuentes y bares regulares – pero recomendable llevar de reserva.
- Comida: Melide y Boente bien provistos, Ribadiso con poca oferta.
- Equipo: Bastones recomendables (corredoiras resbaladizas, rampas cortas y empinadas).
- Consejo especial: No te pierdas el Pulpo á Feira en Melide – p. ej. en la “Pulpería Ezequiel.”
Comida, alojamiento y servicios
- Palas de Rei: El punto de inicio está muy bien equipado. Desde el gran albergue municipal hasta herbergen modernas como Zendoira, Os Chacotes o Castro, pasando por casas familiares como A Casina di Marcello. Para quienes buscan más confort, hoteles como Casa Benilde o Hotel Mica ofrecen noches tranquilas y, a menudo, menús de peregrino en sus propios restaurantes. Punto ideal para afrontar con fuerza la larga jornada hasta Arzúa.
- En el camino: Entre Palas de Rei y Melide se encuentran aldeas como Casanova u O Coto, con albergues sencillos pero acogedores y bares básicos. En Boente también hay alojamiento y pequeños cafés, que por la tarde se llenan de vida – un punto de encuentro de peregrinos de todas las naciones.
- Melide: Un verdadero cruce de caminos. Aquí se une también el Camino Primitivo, y hay una amplia oferta de alojamientos: desde el gran albergue municipal hasta casas familiares como Alfonso II, O Cruceiro o San Antón. Para quienes buscan más tranquilidad, hoteles como el tradicional Carlos 96 o el Hotel Xaneiro son buenas opciones. Y, por supuesto, no puede faltar la visita a una de las legendarias pulperías – Ezequiel o A Garnacha son casi paradas obligadas.
- Ribadiso da Baixo: Pocos peregrinos olvidan este lugar. El albergue de peregrinos, instalado en un antiguo hospital de piedra junto al río, es uno de los alojamientos más impresionantes del Camino. Quien duerme aquí escucha el murmullo del agua hasta el sueño – una experiencia que muchos califican de mágica. También hay alternativas: el privado Los Caminantes, el acogedor Milpés o el pequeño Hostal Ribadiso.
- Arzúa: Al final del día, Arzúa ofrece una amplia gama de albergues y pensiones. Desde el grande y moderno Vía Láctea con más de 100 plazas, hasta el más pequeño Amodiño con su ambiente cálido, pasando por el céntrico Ultreia. Para mayor tranquilidad o confort, pensiones y hoteles como Domus Gallery, O Retiro o el clásico Hotel Suiza son opciones adecuadas. En Arzúa hay para todos los gustos – ya sea dormir en comunidad o pasar la última noche antes de Santiago en una habitación privada.
Lo especial de hoy
- Leboreiro es un lugar silencioso, pero su alma resuena: los peregrinos medievales caminaron por la misma calzada romana que hoy pisas. Sus pasos parecen sonar aún en las juntas, su aliento reposa en el musgo.
- Furelos, con su puente medieval, te transporta a otro tiempo – más que un cruce, es un pasaje entre el tiempo y el ser. Hay momentos en el Camino en los que todo encaja: aroma, sabor, atmósfera, historia.
- Un momento más pleno te espera en Melide, y huele a pimentón, aceite de oliva y pulpo recién hecho en caldero de cobre.
El célebre Pulpo á Feira aquí no es solo una comida – es ritual, encuentro y recompensa a la vez. En locales como la Pulpería Ezequiel o A Garnacha encontrarás mesas de madera rústicas, camareras con delantal, platos humeantes y el rítmico chasquido de las tijeras que cortan el pulpo. Con pan, vino Ribeiro o un Albariño, y un simple “¡Buen provecho!” de peregrinos desconocidos que por un instante se convierten en compañeros de camino.
Este momento en Melide es más que un almuerzo – es memoria convertida en sabor. Quien aquí se detiene, no solo se lleva energía para seguir – sino un pedazo de la auténtica Galicia en el corazón. - Y Ribadiso – quien haya descansado allí nunca olvidará el silencio. La luz se filtra suavemente entre los árboles, el agua susurra con suavidad sobre el seguir adelante.
- Finalmente Castañeda, que te recuerda: cada peregrino contribuye a lo que constituye la catedral de Santiago – también tú, con cada paso, con cada esfuerzo.
Al final de un día variado de etapa, Arzúa te recibe, donde el Camino Francés se une al Camino del Norte – un lugar simbólico de encuentro. Aquí confluyen corrientes de peregrinos que han caminado cientos de kilómetros por caminos muy distintos, y que comparten los últimos pasos hacia Santiago.
Arzúa es además la cuna del queso Arzúa-Ulloa, uno de los emblemas culinarios de Galicia. Suave, cremoso y lleno de sabor, es más que una especialidad regional – es parte de la identidad de la tierra. En Arzúa, la etapa no solo termina geográficamente, sino que une: personas, culturas, caminos e historias que en los últimos kilómetros se funden en un único caudal.
Reflexión al final de la etapa
Hoy caminaste por la historia, sobre puentes de siglos, a través de bosques de fe y aldeas llenas de leyendas de peregrinos. Cada subida, cada senda resbaladiza te llevó más lejos – cansado en cuerpo, pleno en el alma. Arzúa no es Santiago. Pero hoy estás significativamente más cerca.
📊 Resumen en tabla
Etapa | Inicio | Final | Distancia | Desnivel +/– | Dificultad | Pueblos clave |
31 | Palas de Rei | Arzúa | 29,2 km | +520 / –640 | Media | Melide, Boente, Ribadiso, Castañeda |
🌌 Camino de las Estrellas – Etapa 31
Palas de Rei → San Xulián → Pontecampaña → Casanova → O Coto → Leboreiro → Furelos → Melide → Boente → Castañeda → Ribadiso → Arzúa
¿Qué lugar te conmovió más hoy – Leboreiro, Furelos o Ribadiso? ¿O fue el pulpo en Melide? ¡Comparte tu momento en el Camino!